La actriz australiana a concedido una entrevista para el diario ElPais donde habla sobre como toma las críticas positivas y negativas sobre su personaje y aclara que la serie no será como Lost y que darán todas las respuestas.

Presume de melena rubia, viste de negro, no lleva maquillaje y luce la sonrisa del que sabe que las cosas le están yendo bien. Anna Torv (Melbourne, 1978) da vida a Olivia Dunhan, una antiheroína de armas tomar, en Fringe (Canal + emite en los jueves su tercera temporada), la serie que la ha puesto en el punto de mira de los amantes de la pequeña pantalla. Sorprende de Torv, además de su apabullante cordialidad, el acento australiano, que esconde convenientemente cuando se pone en los zapatos de Dunham. Cuenta que ese personaje es lo más divertido que ha hecho hasta ahora. "Cualquier actriz mataría por estar en mi lugar", asegura.

La actriz ríe ahora, pero pocos recuerdan el aluvión de críticas que tuvo que encajar al principio de la serie: "La gente se empeñó en que yo era demasiado fría para ese papel, cuando eso es lo que requería mi personaje. Por fortuna fueron cambiando de opinión. ¿Si leo las críticas? Sí, hay veces en que aprendo cosas de ellas. Al final, es como observarte en una serie o una película; pasado el impacto inicial puedes descubrir cómo hacerlo todo un poco mejor".

Fringe es una serie de ciencia-ficción llena de recovecos donde Torv interpreta a una agente del FBI al frente de una unidad especial que investiga sucesos paranormales (o simplemente extraños). La unidad la componen ella misma, Peter Bishop (Joshua Jackson), un hombre de pasado borroso, y su padre, Walter Bishop, un genio con disfraz de profesor chiflado que es la auténtica alma de la serie y que interpreta John Noble. "Trabajar con John es intimidador. La química que han creado él y Joshua [Jackson] es impresionante. Gran parte del mérito de que Fringe funcione es suya".

Muchos daban por muerta la serie cuando su emisión fue trasladada al viernes -señal que suele concluir con la cancelación de la serie de turno-. Pero Fringe mejoró sus índices de audiencia y los de arriba dieron luz verde a una cuarta temporada. "No nos preocupó, habíamos estado en todos los días de la semana, faltaba el viernes".

Torv asegura que no sabe "ni una sola palabra" de la cuarta temporada y tiene clarísima su respuesta cuando surge la comparación con Perdidos, por algo las dos series surgieron de las manos de ese gurú llamado J. J. Abrams: "El otro día, en un encuentro con fans, uno de ellos le dijo a los productores: 'Por favor, decidme que esto no va a ser como Lost'. Ellos contestaron que no, al final de Fringe tendríamos todas las respuestas. ¿Qué más se puede pedir?".

Fuente: ElPaís.com